Melchor, Gaspar y Visjnic

Como si se tratara de un rey mago, hoy Visjnic se ha permitido el lujo de hacer un regalo de lo mas inesperado para la afición. Ha regalado ni mas ni menos que la participación del Granada en la Copa del Rey. Con dos cojones.

Continuando con el paralelismo, podríamos decir que ante el Málaga nos regaló Oro, ante el Jaén incienso y ante el Portuense mierda.

Porque vaya tela de partido el que ha planteado hoy el mister. La manera mas estúpida de dejar al Granada fuera de la Copa y de quitarnos a los aficionados los restos de fantasia que nos quedaban tras el ascenso, devolviéndonos de un golpe a la cruda realidad.

Jugadores fuera de su puesto natural, suplentes haciendo de titulares y titulares en la grada.

Desde luego, si algún indeciso ha ido hoy a ver el partido, Visjnic se ha cargado la campaña de captación de socios.

Y es que no ha dado ni una en el clavo.

Por su parte, los jugadores a lo suyo. A mi entender, y seguramente me equivoque, el único que ha salvado hoy la papeleta ha sido precisamente el único que no debería haber saltado al terreno de juego, o al menos no hacerlo en las circunstancias que lo ha hecho. No hablo de otro que de Gustavo, el único que ha mostrado un poco de pundonor y que ha servido para maquillar un resultado que podía haber sido escandaloso. ¿Que por qué salió con el cero a dos en contra?. Está claro: para que al entrenador no se le terminara de caer la cara de vergüenza por lo hecho esta noche.

Vale que a Barroso no le ha ayudado la suerte, pero cambiarlo tras el segundo gol es tanto como humillarlo, como echarle la culpa de lo sucedido. Algunos dicen que ha sido el propio cancerbero el que ha pedido el cambio porque se ha lesionado, pero visto cómo se marchaba del terreno de juego, con las manos en los ojos, dudo que realmente tuviera una lesión que no fuera en el alma. Y así, culpando al único que no tenía culpa de nada, ha intentado Josip engañarnos a todos. Afortunadamente tanto detractores como incondicionales de Barroso se han dado cuenta de la papeleta y muchos se levantaban a aplaudir a un chaval abatido mientras se retiraba al tunel de vestuarios.

Digo que Barroso es el único que no tenía culpa de nada porque el muchacho ha hecho lo que ha podido, y cuando uno hace lo que puede no se le debe exigir mas. Quizá no esté lo suficientemente maduro como para jugar en este equipo, o quizá el equipo no haya sido lo suficientemente maduro como para afrontar el partido con ciertas garantías. De hecho, en el primer gol, el único que sólo podía mirar era Barroso. No hablo ya de las tres o cuatro cesiones que le hicieron, que mas que cesiones parecían tiros a puerta.

Tampoco quiero referirme a los huecos de la defensa, a un Milla nefasto, a un centro del campo inexistente, a un Vicente que no ha sido capaz de encarar a un contrario en los noventa minutos que ha durado el partido, y así, todos y cada uno de los miembros de la plantilla. Tampoco quiero referirme a un cuerpo técnico que con el cero a dos en el marcador se sentaba en el banquillo para no dar ni una sola instrucción al equipo, confiando únicamente en que la actuación de Gustavo lavase un poco la imagen de los errores cometidos por el resto del plantel, con su máximo responsable a la cabeza. Y así ha sido, porque si no nos han metido seis ha sido por Gustavo. El único con casta, acrecentada, además, por la incómoda situación en que se ha visto involucrado sin comerlo ni beberlo.

Al final, un penalti a favor del Granada, que bien podría haber sido mano involuntaria, y el gol de la honrilla que subía al electrónico.

Desde luego, señor Visjnic, ni los aficionados somos tan estúpidos como para tragarnos que se ha hecho lo que se ha podido ni el Granada está para hacer regalos. Esto es un club de fútbol, no una ONG.