10 junio 2006

La vispera

Ahora cuando la noche cerrada, envuelve a Granada, los nervios no me dejan en paz. Será una noche larga de meditación de muchas vueltas en la cama, de no pegar ojo, pensado en el partido de mañana soñando despierto con goles rojiblancos. Como los buenos toreros ya tengo mi traje de faena preparado: unos vaqueros viejos, eso si, limpios como los chorros del oro, mi camisola rojiblanca planchada y zapatos comodos. Todo esta en orden, aparentemente sereno, mis dos hijos me miran muy serios, como si mañana me jugará la vida en la grada del sufrimiento, me dicen-"¿ mañana tienes futbol, verdad papá?, les sonrio, les beso, y para mi adentros noto que ellos dos serán rojiblancos, de pura cepa. Es dificil expresar con palabras lo que siento en estos momentos de tensa espera, me vienen muchos recuerdos que se amontona como si quisieran escapar sin orden ni concierto, de mi cabeza, esta noche llena de ilusión, miedo y ganas de ver el Granada saltar al campo, y la grada llena, como antiguamente. Y maldigo entre dientes la vispera, la vispera que me esta matando, ahogando en este junio caloroso. Lo bueno de la vispera es el día clave, ya ojeroso de esperar algo hermoso, que el Granada pase la eliminatoria; y sé positivamente que cuando regrese a casa ronco por la excitación de la victoria, mis dos hijos felices, inocentes ellos, me darán un fuerte beso, y me dirán al unisono.- Papa a que el Graná ha ganado. Dios quiera que sea así.

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