La idea me viene rondando la cabeza durante las últimas semanas y, sinceramente, no se qué hacer al respecto.
Cuando comencé a escribir este blog no tenía ni la mas remota idea de lo que se cocía en las cocinas del Granada Club de Fútbol, lo hice única y exclusivamente por la euforia que me provocó el posible ascenso (que se convirtió en realidad) y por el ilusionante proyecto que para el Granada Club de Fútbol planteaba Paco Sanz y toda su junta directiva. Comencé a bucear, dentro de mis posibilidades, en las interioridades del club, me registré en el foro (en el que jamás antes había participado), conocí a foreros de los denominados "ilustres" y a otros no tan ilustres, aunque tan válidos unos como los otros, que me han tenido informado de cuanto se cuece en el histórico de Granada.
Además de los aspectos deportivos, me he interesado por conocer los aspectos extradeportivos de la entidad, preguntando a quienes meten el hocico y despreocupándome de atender a las informaciones publicadas por la prensa, aunque no siempre es posible. He descubierto que es mucho mas fácil encontrar la verdad sobre el club fuera de los periódicos, radios y televisiones locales y que, además, la información te llega antes que por estos canales "habituales".
El problema es la información que te llega y que muchas veces prefieres no airear.
Y es que, cuando lo deportivo acompaña, el entorno apenas tiene importancia, pero cuando no acompaña, todo lo que hay alrededor del club se magnifica y de eso, desafortunadamente, en Granada sabemos mucho.
Por desgracia llevamos un tiempo en que no se producen noticias positivas, ni en la parcela deportiva ni en la extradeportiva. De la primera, por todos es sabida la situación en que se encuentra el equipo: en puestos de promoción de descenso, sin ganar un partido ni a un equipo de colegio, aún cambiando de entrenador; en la segunda, entre subastas, impagos, pseudo-golpes de estado, rifirafes entre directivos, informes económicos y demás, la situación está en claro puesto de descenso.
Y en este punto es donde me planteo si merece la pena mantener un blog en el que he intentado no hacer demasiada sangre. ¿Acaso hay algo no sangrante de lo que escribir?, y en tal caso, ¿merece la pena airear los trapos sucios?. Creo que no. Que para eso ya están los canales habituales de información y que no quiero formar parte de ello. Que sólo quiero animar y apoyar en lo posible a este equipo que semana tras semana se enfunda su equipación a rayas rojiblancas y horizontales.
Seguiré pensándomelo, aunque mucho me temo cuál será el final.